viernes, 29 de mayo de 2009

Home sweet home

Adoro Madrid; sus calles, la gente, el bullicio, la vida, que siempre sea de día en Gran Vía.

Mi vida se sitúa en esta ciudad de tráfico y contaminación en la que cada día descubres algo nuevo, por pequeño que sea.
Desde pequeña tuve claro que quería salir de mi ciudad, la que me ha visto crecer y en la que viví tantos buenos y malos momentos, quizás fuesen mis ansias de libertad, la curiosidad por explorar o que esto, simplemente, se me iba quedando pequeño según pasaban los años.

Vivir en la capital me ha ayudado a crecer y a valorar cosas que ya valoraba, pero más intensamente, como mis padres, a quien les debo absolutamente todo.

Hoy me he dado cuenta de lo reconfortante que es volver a casa y sobre todo tras una semana extraña y confusa llena de altibajos. Quizás es ese Madrid del que hablaba antes el que ahora se queda pequeño, o puede que sea yo.

Lo que tengo aquí es lo único que sé que pase lo que pase va a seguir justo ahí, lo demás, por doloroso que sea, es pasajero.


Laura

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que gonitoooo!!! Madrid está bien, pero siempre relaja "Volver" a tu ciudad natal para relajarte un poco.

Antihéroe dijo...

No te olvides que incluso eso es pasajero...
Un saludo

peperonis dijo...

que razón tienes!